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El curso “Prevención y abordaje de la conducta suicida” inaugura el Plan de formación 2023 de Fundación Manantial

“En el año 2014 la Organización Mundial de la Salud elaboró un informe sobre el suicidio para hacer frente a lo que denominó “un gran problema de salud pública que ha sido un tabú durante demasiado tiempo”. En muchas ocasiones, el suicidio se vive como un suceso incomprensible. Sin embargo, las personas que se suicidan o intentan hacerlo, por lo general, no quieren dejar de vivir, sino dejar de sufrir. Se presenta este fenómeno como un tipo de conducta que cumple una función en un contexto biográfico de sufrimiento, en el que una situación es vivida con un dolor insoportable, intolerable e interminable. Y los mitos y tabús en torno a este fenómeno suponen importantes barreras para que puedan pedir ayuda.

Nos enfrentamos a un problema conceptualmente complejo y desconocido para la mayoría de la población, motivo por el que los contenidos se articulan desde una perspectiva fenomenológica, contextual, existencial, multifactorial, psicológica y, como suele decirse, basada en la evidencia. Y si hay algo evidente es el necesario cambio de paradigma en el estudio de este fenómeno. Este curso constituye un revulsivo contra la idea de ubicar la conducta suicida exclusivamente en el plano “mental” o sanitario. La conducta suicida no puede disociarse de las formas y prácticas de vida socialmente instituidas que se enmarcan en una cultura determinada. De la misma manera, no puede separarse de la relación dialéctica de la persona con su mundo personal de valores y significados, en la que la situación de atrapamiento y desesperanza cobraría especial relevancia. Se precisa, en consecuencia, una nueva mirada del fenómeno del suicidio, solidaria con la condición humana y la vulnerabilidad existencial, según la cual pueda apreciarse que la conducta suicida es, precisamente, eso: una conducta anclada a un contexto biográfico, social y cultural que pone al límite la vida de una persona.

Susana Al-Halabí