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#Rayadas y el dolor adolescente, en El País
«Adolescencia analógica o digital, te va a dar igual» es el titular del último artículo de la periodista y escritora Nuria Labari en El País. En él, Labari habla del dolor adolescente y de la importancia de que las personas adultas lo comprendan y les acompañen en ese sufrimiento, preguntando a los que saben dar respuestas sobre las verdaderas preocupaciones y miedos de esa edad: los propios adolescentes.
“Miedo a hacer daño, a que me hagan daño, a no sentirme suficiente, a no ser feliz, a no gustar, a que me ignoren, a no conseguirlo, a perder la ilusión, a que me dejen, a que me engañen, a la Universidad, a sentirme sola”, declararon. Estoy convencida de que si aquel día hubiera metido en otra habitación a las madres y padres de ese mismo grupo y les hubiera preguntado por los miedos que tenían sobre sus hijas e hijos, no habrían coincidido en nada», escribe Nuria.
Nuria Labari ha formado parte del proyecto #Rayadas de Fundación Manantial, un proyecto de prevención en el ámbito educativo en colaboración con la Dirección General de Juventud de la Comunidad de Madrid y la Fundación Sacyr, que se centra en hablar con las personas jóvenes de lo que les ocurre, conocer sus miedos, su malestar, enseñando dónde pedir ayuda y, sobre todo, mostrando cómo funcionan las redes sociales para que aprendan a diferenciar la información veraz de la que no lo es.
El alarmante aumento de casos de malestar emocional entre las personas jóvenes, la cifra de ingresos en psiquiatría por intentos autolíticos, el incremento de los trastornos de la conducta alimentaria, o las altas tasas de suicidio en esta población, sobre todo a raíz de la pandemia por Covid, han hecho que los medios de comunicación pongan el foco en la salud mental de los adolescentes y se acerquen a los proyectos que se están llevando a cabo para tratar de reducir estas cifras.
«Nuestros adolescentes están tristes, solos y a menudo en peligro. Pero nosotros, los analógicos, tampoco fuimos felices. Y ese dolor compartido nos acerca más de lo que nos aleja cualquier dispositivo. Decimos que son de cristal, pero olvidamos con frecuencia que están a punto de romperse. Por eso, si tiene alguno cerca, no juzgue, no compare, no piense que su adolescencia fue mejor y escúchelo».
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